Mallorca puede presumir no sólo de playas de increíbles tonos turquesa, también de montañas y valles frondosos, de acantilados salvajes, de preciosos pueblos con encanto.
Desde la impresionante Catedral de Mallorca hasta el Castillo de Bellver, el Palacio de la Almudaina, sus vestigios romanos, las callejuelas del barrio judío, los patios mallorquines, el paseo marítimo, las playas y muchísimo más.
Ahora vamos a salir de la capital para visitar otras rutas con encanto que no te puedes perder, como las cuevas del Drach, el mirador en la sierra de tramuntana, el cabo de Formentor, El pueblo de Portocolom y el Parque natural de Mondragó.